Puente de los Enamorados - Isla de Providencia

Queriendo escapar de la realidad, que a veces puede ser abrumadora por cuanto tiene de poco idílica, los amantes cruzan la estructura de madera de un puente isleño, marchan de la mano, se miran con cierto brillo en los ojos y luego se dan un beso bajo un atardecer encendido que se funde con el azul del mar Caribe.

El encanto no puede tomar forma en otro lugar que no sea el del Puente de los Enamorados, insigne entramado de madera que conecta los corazones de los amantes y los territorios de Providencia y Santa Catalina.
El Puente de los Enamorados es uno de esos lugares de paso obligado para quien visite la tranquila y bella isla de Providencia.

Cruzarlo es toda una delicia: por un extremo se encuentra el alegre poblado de Santa Isabel, epicentro urbano de Providencia. En el otro extremo, aguarda la selvática Santa Catalina. La pasarela de madera resuena al ritmo de los viandantes y los ojos de unos y otros no saben dónde pasearse; el mar se abre en todo su esplendor y el cielo es otro océano de serenidad. El puente se extiende en perfecta comunión hacia dos extraordinarios mundos.

El puente que fue construido sobre el canal Aury — dicho canal nombrado en honor del corsario francés Luis Aury (1788 - 1821), importante figura de la historia del archipiélago— tiene una longitud aproximada de 180 metros, desempeñando una función primordial para la comunicación entre los pocos pobladores de Santa Catalina y Providencia. A su vez, el puente es punto de encuentro para los que se placen de caminar sobre el mar, con la privilegiada vista que descansa frente a los ojos: dos islas rebosantes de verde selva y el firmamento y el mar que se unen en una sola línea en el horizonte.

Tal es la belleza y colorido del Puente de los Enamorados, que bien podría oficiar como locación para una película romántica. Y aunque no pretendemos que recalque alguna a escena de amor de las películas románticas más destacadas filmadas en la Fontana de Trevi, La Boca de la Verdad, el Puente Milvio o bajo la sombra de la Torre Eiffel, lo cierto es que no debiera dejar de pasar la oportunidad de regalarse una fotografía de lujo, con su pareja, en uno de los lugares más románticos del Caribe.