Rocky Cay o Cayo Rocoso – San Andrés

Frente a una de las playas más preciosas de la isla de San Andrés, el lecho marino poco inundado, permite a los alegres bañistas casi que caminar sobre el agua

Caminar por este puente apenas si humedece las cinturas de sus viandantes, y en su entorno, bajo un cielo infinito, discurren a placer los peces. Justo al frente se encuentra Rocky Cay. Uno de esos caprichos que la naturaleza ha tenido a bien para el disfrute de los espíritus más necesitados de descanso.

Rocky Cay no es un cayo de arena coralina, como gran parte de sus hermanos que atiborran el archipiélago. Como su nombre lo indica, Rocky Cay —Cayo Rocoso— es un cayo constituido por roca.

A muy pocos minutos de la zona céntrica sanandresana, ubicado al este de la isla y compartiendo dominios con la preciosa bahía de Cocoplum, puede encontrarse Rocky cay: una plataforma de roca deshabitada, maleada por las fuerzas naturales durante miles de años y que ahora se ve coronada por unas cuantas palmeras que se inclinan en saludo respetuoso al paso de la deliciosa brisa caribeña.

En solitario, en pareja, acompañados de la familia, con los más pequeños rebosantes de alegría, o quizás en compañía de un grupo de personas de diferentes nacionalidades, en cualquier caso, es toda una delicia llegar al islote desde Cocoplum y disfrutar de 500 metros de trayecto, en compañía de cientos de peces de unas vivas tonalidades que tientan a ponerse la careta y a sumergirse parcialmente para observar la danza de aquellas preciosas especies.

El Nicodemus completa el cuadro idílico de Rocky Cay. A pocos metros del cayo se encuentra este barco carguero partido en dos, siempre que los intentos de otras dos embarcaciones fueron insuficientes para desencallarlo. Derrotado por la herrumbre y el lento paso del tiempo, el barco se mantiene silencioso como una extraña estampa desvencijada que flota sobre un mar de riqueza incomparable.

Lo que fue décadas atrás un vehículo de transporte de mercancías, hoy se ha convertido en habitáculo seguro de cientos de criaturas marinas y en muy buena oportunidad para bucear cerca del nuevo hogar de estas multitudinarias especies marinas; es posible que con algo de fortuna y en las tardes, los visitantes logren avistar grandes mantarrayas.