Esta es una invitación. Queremos invitarte a que te salgas de la rutina, a que no te “acartones” con tus planes vacacionales. Sí, lo sabemos, estás en San Andrés para disfrutar del mejor sol, del mejor mar y de las mejores playas. Pero no te limites, la isla te ofrece mucho más. Te recomendamos fuertemente una actividad que, en la suma de sus elementos, resulta muy atractiva y diferente para desarrollar en el Caribe colombiano. Ponte al mando de un kayak y descubre otra de las maravillosas facetas naturales de San Andrés.
¿Y hacia dónde vamos en esta peculiar y aventurera embarcación? Qué tal si para no disentir con el mar Caribe nos acercamos remando hacia Johnny Cay, desde las costas de Bahía Sardina.
Luego de llegar a este paraíso una sesión de snorkel en sus preciosas aguas nos caería de perlas. Suena genial ¿no es así? Pero seamos más atrevidos. Reconozcamos un ecosistema de importancia vital para el archipiélago, conozcamos los mangles. Y qué mejor manera de hacer este revitalizante paseo si no es acercándonos hacia el Parque Regional Old Point, ubicado muy cerca de North End, justo en las bahías de Hooker y Haynes.
Ahora que sabes el destino principal, hagamos de esta una excursión digna de enmarcar, un viaje personalizado. No se diga más entonces, los servicios que nos prestará Ecofiwi, serán imprescindibles e incontestables para que tu paseo en kayak en San Andrés sea memorable. Una vez conozcas a su equipo humano sabrás de lo que hablamos. Ni mención de los kayaks: para unas aguas cristalinas qué mejor que unas embarcaciones cristalinas. Así es, los kayaks de Ecofiwi (diseñados con policarbonato transparente) nos ofrecerán una vista inédita de lo que yace bajo los mangles.
Mientras remas en silencio reverencial adentrándote por ese nuevo mundo, repleto de raíces que sobresalen en sinuosas vueltas, extasiándote con nuevos aromas y sonidos, viendo pasar bajo la embarcación praderas de pasto marino, medusas invertidas, estrellas de mar, cangrejos, mejillones, ostras…, Marvin, nuestro guía, con su invencible amabilidad, nos irá comentando apartados interesantísimos sobre el manglar. No es en mal plan de arruinarte la sorpresa, pero de seguro Marvin nos contará sobre la función protectora de los manglares, sobre el influjo de las aguas dulces y marinas en este maravilloso ecosistema y sobre su literal labor de “centro de párvulos”, traducido al buen romance: Marvin nos contará que aquí, en el manglar, muchas especies hacen sus primeros “pinitos” en el ciclo de la vida.
Luego, una parada. Justo en el lugar indicado para caretear. Una zambullida en el manglar de la que pocos se pueden ufanar. Dos horas de navegación en este paraíso se irán en un suspiro. Quedan vivos deseos de regresar pronto. Pero bueno, el retorno se vislumbra como nueva recompensa. Ni hablar del refrigerio que nos espera.
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