Carreras de Caballos – San Andrés y Providencia

Los límites de la isla colindan con las aguas multicolores del Caribe, pero en el interior aguarda la vida salpicada de colores vegetales y sendas que dirigen al interior del ‘caballito de mar’. Motivo adicional para reconocer la isla, si se hace a lomo de una buena cabalgadura y en buen grupo de amigos o familiares.

En la isla de Santo Domingo se tiene noticia del primer caballo en el Nuevo Mundo, tras su adaptación al nuevo territorio, la sorprendente criatura —a los ojos de los nativos— empezó a desfilar por las Antillas. San Andrés no fue la excepción, con la llegada de los colonos europeos (españoles, holandeses e ingleses), el caballo haría su aparición en el Archipiélago para quedarse por siempre. Desde entonces, este noble animal hace parte fundamental de la historia, cultura y vida de las personas que habitan en el Archipiélago. A la hora de reconocer al dedillo las zonas naturales de San Andrés, nada mejor que los caballos como aliados

Los hoteles y algunos particulares lo saben, y traducen esta querencia por los caballos en sus buenos servicios: ofrecen cabalgatas de varias horas que le permitirán descubrir al turista los interesantes recodos del corazón de la isla a través de senderos naturales, trochas y campos sembrados de frutos isleños donde se puede observar la hermosa flora y fauna local.

Por su parte, en la vecina isla de Providencia toma forma una singular competencia: cada quince días hay carreras de caballos. El visitante puede ser el emocionado espectador de hasta tres trepidantes carreras por día; todo depende de la preparación de los caballos, sus respectivos jinetes, el clima y la marea, toda vez que el precioso litoral de South West es la pista natural donde se celebran estas competencias tan arraigadas en la cultura de los habitantes del Archipiélago. Una carrera puede durar 45 segundos, pero será tiempo suficiente para observar con verdadero interés a los jinetes con sus respectivas monturas, correr raudos, pegados al litoral, hasta que el victorioso llegue a la línea de meta.